La segunda etapa de mi intercambio de casa comenzó el domingo 8 de septiembre. Mientras estaba en el vuelo de Dublín a Valencia, nació una niña llamada Ga-La, hija de una pareja de Almassora llamada Judit y Jorge. Judit vino a mi casa con su novio Jorge en 2009 y agregó a su tía Montse y las amigas de Montse, Mónica y Mary, a la lista de invitados, lo que lo hizo aún más interesante. Luego, en 2013 Judit y Jorge llegaron con sus padres Carmina y Jarques (Josep Manuel). Jarques alquiló un coche y también una bicicleta con lo cual y pudo mantener su régimen de fitness de toda la vida.
Desde mi visita de regreso a Almassora en 2012, tengo un recuerdo muy claro de algo que me pareció inusual, sucedió un día mientras caminábamos por el lecho seco del río con Carmina, madre de Judit. Supongo que, por así decirlo, estábamos buscando espárragos. Conforme nos acercábamos a la playa, encontré un viejo marco de televisión, así que jugamos con él, pretendiendo ser locutores de noticias. En cuestión de minutos ocurrió un incidente, como si alguien hubiera dicho te daré una historia que contar. Vi movimiento en las dunas de arena. Para todo el mundo parecía como si un joven estuviera agachado como lo haría un jockey cuando está decidido a ganar una carrera. Parecía estar agarrado con fuerza con la cabeza inclinada en una dirección moviéndose hacia adelante y hacia atrás a un ritmo preciso. Sin embargo, lo extraño fue que no había ningún caballo debajo de él. Uno solo podía concluir que había otra persona debajo de él y que lo que estábamos presenciando era una media vista de una pareja copulando a una distancia muy corta de donde teníamos que pasar para tomar nuestro camino de regreso a casa. Exclamé, no de forma lasciva, esto no se ve en Irlanda. Bueno, lo que quise decir es que nunca había presenciado nada tan de cerca al aire libre en una playa en Irlanda. Estábamos divirtiéndonos bastante y emocionadas por el hecho de que teníamos una historia que contarle a Jarques en nuestro regreso a la base.
Judit había llegado a mi casa, su primera vez en Irlanda, en el verano de 2007 cuando tenía casi 20 años. Era una de las muchas estudiantes y posteriormente supervisoras que habían pasado unas semanas en mi casa en Kilkenny asistiendo a la escuela de idiomas de Isha, en The MacDonald Academia. Su llegada fue dramática. Inusualmente, no estaba allí para recibirla, pero había preparado la cena con anticipación y le había dicho al organizador que estaría en el otro extremo del país en Buncrana Co Donegal para asistir a una fiesta de cumpleaños número 80. Mi casa tiene dos puertas de entrada. Judit tocó a la más pequeña y se sorprendió de que no hubiera nadie allí para responder. Llamó a su casa para calmar su ansiedad con su madre. De algún modo, dio unos pasos más y se presentó en la puerta principal. Cuando mi hija la saludó y le dijo que la cena estaba lista, miró el estofado de carne y riñones, se inclinó para olerlo y dijo que no podía comerlo. Vaya que fue un comienzo incómodo para una amistad importante que ha perdurado hasta ahora.
Incluso en ese entonces, Jorge era de hecho “alguien significativo” en la vida de Judit y el hecho de que yo estuviera en camino a ¨su parte del mundo¨ el día en que nació su primer hijo también fue muy significativo. Fue relativamente fácil viajar a Almassorra desde Aldaia: solo un cambio de tren y Judit pudo recogerme en su automóvil. Les visité en tres ocasiones, incluida la fiesta del Toro. Fue una oportunidad para conocer a todos los miembros de la familia de los que había oído hablar o conocido antes en la comunidad de NUCA. Algún tiempo después de la primera llegada de Judit a Kilkenny a los 19 años, escuché en detalle sobre los diversos miembros de su familia que incluían no solo a Carmin y Jarques, sino a su nana Carmen al frente de esta familia que ahora tiene 4 generaciones. También celebré una fiesta de cumpleaños en la casa de los padres de Jorge, la del abuelo de Ga-La, y disfruté de una deliciosa comida de pescado, rape, en una deliciosa salsa de tomate hecha por el hermano de Jorge, José Luis.
Jorge, Judit y Ga-La lograron hacer una visita rápida, memorable, a la casa cochera justo antes de que yo dejara mi casa en Aldaia para regresar a Kilkenny. Judit se aseguró de que escuchara sus dulces palabras en el oído de Ga-La sobre su futura visita a Irlanda.
